Los primeros indoeuropeos e Iberia

ride
all the way for me sister
shine a light
and save me from the darkness
ride
we’re the tools of fallen empires tonight
see the winds are blowing wild

(Elusive)

Tras haber introducido en este blog a los Pueblos Megalíticos o “Antiguos Europeos” y al anterior Pueblo Protoibérico, poniendo en relación la prehistoria de Iberia y Europa occidental con el norte de África:

https://jocilesferrer.wordpress.com/2015/03/26/los-pueblos-megaliticos-o-antiguos-europeos/

https://jocilesferrer.wordpress.com/2015/04/01/emigracion-desde-el-sahara-del-pueblo-protoiberico/

Voy a atreverme a tratar de ilustrar brevemente también, sobre el otro gran componente, cuando menos desde el punto de vista cultural y lingüístico de los pueblos de la antigua Iberia, el que llegó (o más bien se intercambió), a través de los Pirineos y las orillas atlánticas y mediterráneas más al norte: Los indoeuropeos.

Antecedentes:

7.000-6000 a.C., grupos de campesinos (eurípidos) comienzan a asentarse en la Península Balcánica provenientes de Oriente Próximo, traen a Europa la agricultura, la cría de pequeño ganado y la cerámica. Pronto se extienden a Rumanía, Hungría, Ucrania… Con el paso de 3.000 o 4.000 años se mezclan con los cazadores y pescadores, habitantes de Europa anteriores a ellos. Su lengua probablemente no era la antecesora de la indoeuropea, sino que sería protosemítica.

5.500 a.C., el Mar Negro es devastado por una gigantesca marea por segunda vez, lo que tuvo que suponer una gran catástrofe para los antepasados de los indoeuropeos, que vivían al norte de dicho mar. La actual mitad norte del Mar Negro hasta entonces tierra emergida, desaparece bajo las aguas. Esta fue una de las consecuencias tardías del final de la última glaciación y tuvo que contribuir a la creación del mito del Diluvio Universal.

5.000–4.000 a.C., las estepas desde Europa oriental hasta Manchuria son colonizadas por agricultores europeos. El clima no es apropiado para el cultivo, dependen de sus manadas de vacas, caballos, ovejas y cabras.

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Los primeros indoeuropeos:

4.500-1.500 a.C., desarrollo de los pastores “Kurgan” o primeros indoeuropeos, en Ucrania y el sur de Rusia. Tal vez sus antepasados provinieran de la falda sur del Cáucaso, al este de Anatolia. Su vida se basa en fundamentos completamente distintos a los de los “Antiguos Europeos” expuestos en otro artículo mencionado al principio. Son sobre todo pastores de ganado “grande” y se dedican a la agricultura sólo como complemento. Los hombres que poseen caballo y armas se sienten superiores a los campesinos y a los que van a pie. Es una sociedad patriarcal, en la que los hombres, sobre todo los ricos, deciden todo. Los guerreros gozan de más derechos que las mujeres y los siervos (normalmente pertenecientes a los pueblos sometidos). Sólo los sacerdotes, también masculinos, disfrutan de una posición tan alta como los guerreros. Sus dioses, masculinos, encarnan poderes de la naturaleza, como el cielo, el fuego, el trueno o el caballo.

Rodri adquiere su bibliografía en y recomienda… Casa del Libro.

4.400 a.C., domesticación del caballo en las estepas de Eurasia (por los pueblos indoeuropeos y/o vecinos de estos, los uralo-altaicos).

4.400-2.200 a.C., cuatro oleadas migratorias de pueblos indoeuropeos, irrumpen en prácticamente todas las direcciones desde las estepas al norte del Mar Negro, alcanzando Europa occidental. Posiblemente la tercera (3000-2800 a.C.), podría corresponder a los pueblos que hablaban la lengua meridional-ibero-pirenaica en Iberia:

https://jocilesferrer.wordpress.com/2015/03/12/la-lengua-meridional-ibero-pirenaica/

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En esa época, los bosques de Escandinavia, Polonia y Rusia se hallan previamente habitados por pueblos sencillos de cazadores, pescadores y recolectores aún en un nivel cultural mesolítico; también existen en esas tierras algunos grupos sedentarios aislados, que ya cultivan cereal, crían ganado y fabrican cerámica; sin embargo el arte de la metalurgia aún no ha llegado, aunque sí se conocen piezas aisladas de cobre u oro. Los primeros indoeuropeos irrumpen lentamente en pequeños grupos, pasando inadvertidos, lo que provoca escaso rechazo en sus nuevos vecinos y les permite irse mezclando con ellos al tiempo que imponen su lengua, costumbres, dioses y estructuras sociales, sin exterminar a los extraños. En un principio parecen desaparecer en la masa de los pueblos sometidos, cuando estos son más civilizados, pero siempre acaba surgiendo una nueva cultura basada en los elementos locales, pero más atrevida y con la marca de la lengua indoeuropea.

Celtic_settlement-Open-Air_Archaeological_Museum_Liptovska_Mara_-_Havranok,Slovakia.

4.000-3.000 a.C., Mar Negro: Se usan objetos de cobre. La zona fronteriza entre Asia y Europa, al norte del Mar Negro está densamente poblada. Comienzan a desarrollarse, separándose unas de otras, las lenguas que dan lugar a las distintas subfamilias indoeuropeas.

Lenguajes derivados del indoeuropeo

3.500 a.C., estepas de Eurasia: Se comienza a utilizar vehículos de ruedas, adoptándose un estilo de vida trashumante.

estela

3.000-2.000 a.C., occidente de Europa: Existencia de la Cultura Megalítica, se extiende por toda la costa mediterránea, atlántica y del Mar del Norte. Su origen en principio, no es indoeuropeo, aunque sí que tuvieron que formar parte de ella los tales llegados a Europa Occidental y mezclados ya con los antiguos europeos. La sucede en Europa Occidental la Cultura del Vaso Campaniforme, que se expande desde Iberia hacia Europa Central.

Lenguas indoeuropeas

 

Otros hitos de contexto, en cursiva algunos mitológicos, pero que para mí siempre guardan encriptada alguna realidad:

6.000 a.C., Iberia: Comienzo de la historia, la literatura y las leyes de Tartessos, según Estrabón.

5.285 a.C., Egipto: Origen de las dinastías Faraónicas, según Champollion.

5.000 a.C., expansión de las lenguas semíticas por Oriente Próximo.

4.000 a.C., Egipto: Aparición del papiro.

3.500-3.000 a.C., primeras ciudades del mundo en Mesopotamia (sumerios), desarrollo de la escritura cuneiforme desde 3.200 a.C. y de los primeros carros con ruedas.

3.100 a.C., Egipto: Jeroglíficos, sistema ideográfico.

3.000-1.200 a.C., se desarrolla en Creta la civilización minoica, cultura pre-helenística de la edad de bronce.

3.000 a.C., Irlanda: Sucesivas invasiones la dejan bajo el yugo de los fomorianos y los firbolgs; también colonizan Gran Bretaña y el norte de Francia.

Una reflexión mía respecto de los indoeuropeos llegados a Europa occidental y con ello a Iberia, es que, al irse mezclando con la Cultura Megalítica, sin duda prevaleció su lengua, salvo en los casos excepcionales del euskera, el etrusco y el íbero-tartesio (aún no hay acuerdo generalizado sobre si esta lengua era o no indoeuropea y en cualquier caso a qué familia y subfamilia lingüística pertenecía, siendo la postura oficial por el momento, que su clasificación es simplemente “desconocida”). También su mitología y estructuras sociales, no obstante, por lo que respecta a la Iberia y Europa occidental “célticas” ya de la edad del hierro, está claro que habían dejado de ser tan rígidamente patriarcales y masculinas. Las deidades principales de toda Iberia en esa época, son prácticamente al 50% masculinas y femeninas y lo mismo ocurre en el resto de la Europa celta. Hay numerosas reseñas de autores griegos y latinos que afirman que las mujeres celtas iban a la guerra, mandaban y repartían “estopa” igual que sus maridos y hermanos… De modo que debió de llegarse a un término medio entre el matriarcado megalítico y el patriarcado indoeuropeo. Otros pueblos de lengua, mitología y estructura social indoeuropeas, como los latinos y los griegos, permanecían mucho más “machistas” en la misma época.

trisquel

Este puede considerarse también un anexo (o precuela) de mi artículo principal sobre la antigüedad ibérica:

https://jocilesferrer.wordpress.com/2014/11/09/iberia-en-los-tiempos-miticos-bibliografia-y-teoria/

Aunque en el presente artículo está enfocado en épocas anteriores y profundiza en más detalle en los indoeuropeos. También podéis consultar en él mi tabla original de pueblos de Iberia, donde aparecen, en sus relaciones con Iberia:

https://jocilesferrer.files.wordpress.com/2015/04/pueblos-de-iberia-mitica.jpg.

Una vez más, espero haber contribuido con nuevos interrogantes a esclarecer el pasado de mi patria, Iberia y sus islas y tal vez arrojado un poco de luz sobre ello.

Gracias por vuestro interés y recordad siempre, que sólo soy un aficionado.

Las figuras estaban libremente disponibles en Internet, las últimas corresponden a símbolos típicamente indoeuropeos, encontrados frecuentemente en Iberia.

I’m a sun king, baby
Let me take you by the hand
Sun king, honey
We can rule across the land
I’m a sun king, baby
With you, I’ll share my throne
A sun king, honey
I can’t make it on my own, no

(The Cult)

Si este artículo te ha resultado interesante, probablemente te interese también mi cuaderno “Pueblos Prehistóricos de Iberia”:

https://jocilesferrer.com/2020/09/27/pueblos-prehistoricos-de-iberia-muy-pronto-a-la-venta/

Y también tal vez os interesen mis otros artículos sobre la Iberia antigua, todos ellos están enlazados desde la página:

Iberia Mítica: https://jocilesferrer.com/iberia-mitica/

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28 respuestas a “Los primeros indoeuropeos e Iberia

  1. Interesante resumen, estimado Rodrigo, de lo oficialmente aceptado en libros de textos y enciclopedias. Como ya te comenté en varios mensajes en facebook -y más que documentadamente- la mayor parte de esto que se vende desde hace tiempo como «dogma académico» no está suficientemente documentado, y en algunos puntos es mera falacia de hipótesis ‘ad hoc’, unas tras otras, para validar el «indo-europeísmo» en detrimento de todo lo asiático o uralo-altaico.

    Para empezar, hasta el mismo término «indoeuropeo», aplicado en este dogma oficial es un completo absurdo. No hay más que ver dónde queda la India en todo estos mapas. El término correcto sería euroasiático o eurasiático, o sea, lenguas eurasiáticas, o si se prefiere indoeurasiático. Porque las lenguas y los pueblos que desde tiempos incluso más remotos que el surgimiento de las mal llamadas lenguas «indoeuropeas» han vivido en esa área del Asia occidental entre el Cáucaso, el Caspio y los Urales (en las grandes estepas de Kazajistán), eran una mezcla de caucasoides con altaicos, o sea, de europeoides con asiáticos o mongoloides. Lo demuestran todos los restos óseos, o sea, la características antropofísicas de los mismos, y todos los estudios de genética poblacional de ADNmt y ADN-Y realizados hasta la fecha. Así que ya hasta en el término usado (indoeuropeo) es erróneo de base, cuando lo correcto sería hablar de eurasiático o indoeurasiático.

    El otro gravísimo error (más bien manipulación intencionada) es asumir -cuando no hay ni la más mínima evidencia científica que lo pruebe- que estos pueblos que se movieron desde el Neolítico hacia Europa occidental, en diversas oleadas, eran todos exclusivamente hablantes de alguna o varias lenguas indoeuropeas, mientras que excluye por completo que también otros pueblos fueran hablantes de lenguas altaicas o uralo-altaicas, o sea, de lenguas proto-túrquicas, proto-mongoles, proto-tungúsicas o proto-urálicas, entre otras.

    Las lenguas de varios pueblos de Europa Central y de Escandinavia, como las llamadas fino-ugrias, por ejemplo, son aglutinantes y sin ninguna relación con las lenguas indoeuropeas, pero sí con mucha más relación con las urálicas y las altaicas. Pero esto se oculta. Esto se intenta no mencionar ni divulgar de ningún modo, y no solo desde los medios académicos y oficiales o libros de textos, sino incluso hasta por los mismos investigadores amateur.

    El hecho es que -de momento- no hay manera de saber cuál o cuáles eran las lenguas habladas por grupos que no tenían escritura propia y por tanto no dejaron testimonios epigráficos. Asociar a los pueblos de las estepas de fechas tan tempranas como el Neolítico o el Calcolítico incluso de épocas posteriores de la cultura de los Kurgan de la Edad del Hierro con la lengua indoeuropea es totalmente pseudocientífico, más incluso que asociarla con lenguas altaicas que son más antiguas aún en la región que las mismas indoeuropeas. Hay que evitar en la medida de lo posible usar términos de clasificación lingüística tales como Indoeuropeo o Altaico mismo, para referirse a pueblos que estaba asentados en una región donde tanto las lenguas indoeuropeas como las altaicas convivían desde iguales tiempos remotos.

    En fin, supongo que más allá de la búsqueda honesta de la verdad, esté donde esté, sea cual sea, y caiga quien caiga, que es el mayor principio que debería abrazar todo honesto investigador, lamentablemente sigue primando otros intereses más personales, e incluso ideológicos.

    Mi mejor consejo, como amigo, y como admirador de tu trabajo como investigador, es que se debería hacer las siguientes puntualizaciones, para ser más correctos y honestos con lo que las evidencias científicas realmente aportan y justifican.

    Donde se dice: «7.000-6000 a.C., grupos de campesinos (eurípidos) comienzan a asentarse en la Península Balcánica provenientes de Oriente Próximo», debería mejor decirse: «7.000-6000 a.C., grupos de campesinos eurosiaticos (o euro-asiáticos) comienzan a asentarse en la Península Balcánica provenientes de Oriente Próximo»

    Donde se dice: «5.500 a.C., el Mar Negro es devastado por una gigantesca marea por segunda vez, lo que tuvo que suponer una gran catástrofe para los antepasados de los indoeuropeos, que vivían al norte de dicho mar», debería mejor decirse: «5.500 a.C., el Mar Negro es devastado por una gigantesca marea por segunda vez, lo que tuvo que suponer una gran catástrofe para los antepasados de los euroasiáticos (o euro-asiáticos), que vivían al norte de dicho mar. »

    Donde se dice: «4.500-1.500 a.C., desarrollo de los pastores “Kurgan” o primeros indoeuropeos, en Ucrania y el sur de Rusia.», debería mejor decirse: «4.500-1.500 a.C., desarrollo de los pastores “Kurgan” o primeros indoeuroasiáticos (o indo-euroasiáticos), en Ucrania y el sur de Rusia.»

    Donde se dice: «4.400 a.C., domesticación del caballo en las estepas de Eurasia (por los pueblos indoeuropeos y/o vecinos de estos, los uralo-altaicos).», debería mejor decirse: «4.400 a.C., domesticación del caballo en las estepas de Eurasia por pueblos altaicos euro-asiáticos de marcados caracteres mongoloides de la cultura Botai.»

    En este caso ya ha sido demostrado que la evidencia científica más antigua conocida de domesticación del caballo fue hallada en un asentamiento de pueblo típico altaico mongoloide, porque sus restos óseos humanos son de individuos con rasgos mongoloides notables, aunque con algo de europeoides, en menor grado. En cualquier caso, y aunque los científicos reconocen que no podemos saber aún cuál era la lengua que hablaban los Botai, al menos ninguno se ha atrevido a decir que eran la indoeuropea ni que eran indoeuropeos, porque todo en ellos difiere de lo que se considera indoeuropeo. Así que el hecho cierto es que, de momento, la evidencia más antigua conocida sobre la domesticación del caballo y hasta el arte de equitación, se halla en esta cultura altaica y mongoloide de los Botai de Kazajistán, donde todavía en la actualidad, la mayor parte de la población, por encima de un 80% sigue siendo típicamente mongoloide. Ya te había aportado la evidencia, no solo por un documental, también fue publicado en Sciencie y otras publicaciones acreditadas, y hasta la fecha nadie ha encontrado evidencia más antigua en ningún asentamiento típico europeo o indoeuropeo. Seguramente se te olvidó a la hora de redactar esta nueva entrada.

    Donde se dice: «4.400-2.200 a.C., cuatro oleadas migratorias de pueblos indoeuropeos, irrumpen en prácticamente todas las direcciones desde las estepas al norte del Mar Negro, alcanzando Europa occidental. Posiblemente la tercera (3000-2800 a.C.), podría corresponder a los pueblos que hablaban la lengua meridional-ibero-pirenaica en Iberia:», debería mejor decirse: «4.400-2.200 a.C., cuatro oleadas migratorias de pueblos indoeurasiáticos (indo-eurasiáticos), entre los que muy probablemente habían grupos que hablaban alguna lengua indoeuropea y otros que hablarían alguna lengua uralo-altaica, irrumpen en prácticamente todas las direcciones desde las estepas al norte del Mar Negro, alcanzando Europa occidental. Posiblemente la tercera (3000-2800 a.C.), podría corresponder a los pueblos que hablaban la lengua meridional-ibero-pirenaica en Iberia:»

    Solo una notación sobre esto último. Las «evidencias», mejor dicho, los meros indicios o pruebas indiciarias que se usan para sustentar el supuesto indoeuropeísmo arcaico de Iberia, anterior a los tartessios e íberos, tal como expones en tu resumen de lo oficialmente aceptado al respecto sobre en tu artículo sobre la lengua meridional íbero-pirenaica, son indicios muy endebles, que como demostraé en un próximo artículo, pueden ser re-interpretados todos desde otras familias lingüísticas como las urálicas, altaicas o sino-caucasianas, y de hecho, hasta demostraré como mucho de tales supuestos topónimos de origen indoeuropeo ni siquiera existen en el Indoeuropeo conocido y reconstruido por los verdaderos especialistas. Son meras especulaciones forzadas e inventadas por europeístas o «indoeuropeístas» obsesionados solo con lo indoeuropeo y que no quieren saber nada de otras familias de lenguas y culturas.

    De todo los demás que se dice en este artículo, a partir de lo que sigue, no tengo nada que añadir, es perfectamente compatible con evidencia verdadera ya verificada científica, en su mayor parte.

    Te felicito una vez más por estos importantes resúmenes que de seguro serán muy útiles a muchas personas, entre las cuales siempre me incluyo, como fiel lector.

    Un abrazo,
    Georgeos
    http://www.facebook.com/georgeos.diazmontexano/

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    1. Muchas gracias Georgeos por tus profusas puntualizaciones y correcciones, especialmente las referentes a la domesticación del caballo, que intuitivamente, creo que estás en lo cierto y a la lengua meridional-ibero-pirenaica y las posibles migraciones combinadas de «indoeuropeos» y «uralo-altaicos» a Iberia.
      Quizá no lo explicito lo suficiente, pero utilizo el término «indoeuropeo», sobre todo en el sentido lingüístico, es decir, en las épocas neolíticas y calcolíticas de las que trata este artículo, se trataría de «aquellos pueblos que hablaban lenguas de las que después derivaron las celtas, germánicas, eslavas, latinas, griegas, hititas, persas, indias, etc», muy a menudo de la mano de una cultura y mitología común y en ningún caso tiene para mí un sentido «racial», aunque en su origen este pudiera existir. Posiblemente otros términos sean más acertados, pero utilizo este porque de momento, es el comúnmente reconocido y como dirijo estos artículos a aficionados como yo, quiero asegurarme que los términos les son comunes.
      Posiblemente muchas de mis afirmaciones o cuestiones en estos resúmenes están ya anticuadas, piensa que son interpolaciones (y extrapolaciones a veces) de libros que llevo leyendo desde niño; la actividad intensa de «tomar nota» comenzó hace 10 años, cuando intenté ponerme en serio a escribir una novela… Según vaya estudiando otras obras como las tuyas, seguro iré modificando y actualizando mis conceptos, tablas y artículos 🙂
      Gracias de nuevo. Un abrazo.

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  2. Estimado Rodrigo, lo del origen de las lenguas célticas, germánicas, itálicas bálticas, helénicas, etc, no ha sido lo que he señalado. Eso precisamente forma parte de la mitad del artículo que justo no creí necesario señalar nada porque como dije, estaba todo dentro de lo que ha sido ya confirmado científicamente. Me refería al uso de terminología lingüística como Indoeuropeo aplicado a los movimientos de la soleadas migratorias que se describen desde remotos tiempos del Neolítico y el Calcolítico provenientes de Asia occidental o Eurasia central. No hay modo científico alguno de saber si todo esos pueblos que se movieron hacia Europa eran solo hablantes de lengua indoeuropea o hablaban también otras lenguas eurasiáticas como urálicas, altaicas (túrquicas), o caucasianas, por ejemplo.

    Es a ese mal uso de la terminología lingüística aplacada a una teoría de orígenes y movimientos de pueblos desde Asia hacia Europa, a lo que me he referido, que atribuir todos esos movimientos o migraciones solo a indoeuropeos, o a pueblos de habla indoeuropea es una mera especulación basada en hipótesis ‘ad hoc’ elaboradas, precisamente, para que encajen con al teoría europeísta o indoeuropeista que quita todo derecho (sin razón científica de ninguna clase) a las demás familias de lenguas eurasiáticas que también pudieron llegar al centro y occidente de Europa como lo demuestra la existencia de lenguas aglutinantes en el occidente de Europa sin la más mínima relación morfotipológica ni léxica con la indoeuropea, entre ella el vasco (el húngaro y otras fino-ugrias), y varias lenguas del Escandinavia, y por supuesto las túrquicas del centro y el norte de Europa, y el mismo íbero, que sea o no cierta mi teoría, lo que sí está mas que demostrado es que era una lengua aglutinante, rica en sufijos, y hasta incorporante, y no lengua flexiva como las indoeuropeas y afroasiáticas, por tanto más cercana al vasco y a las lenguas urálicas y altaicas.

    De hecho, no tenemos ninguna prueba científica de la presencia de lenguas indoeuropeas antes de la Edad del Hierro, ni siquiera le Tartessio, que sería al lengua más antigua documentada en todo el occidente de Europa, se ha podido aún demostrar que sea indoeuropea, de momento, con tan poco material, solo hay especulaciones, y lo mismo puede ser indoeuropea que afroasiática que urálica o incluso altaica misma. La otra lengua que le sigue en antigüedad, de acuerdo a los registros epigráficos es el íbero, y como ya dije antes, no es indoeuropea. De modo que de acuerdo a la evidencia epigráfica, la única que puede ser considerada como prueba científica para poder afirmar que una cultura dada tenía una lengua de alguna familia, no ha evidencia científica alguna de que en Europa central y occidental, incluida Iberia misma, ya se hablara una lengua indoeuropea antigua, antes de la presencia céltica como tal, que apenas se puede hacer retroceder a finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro.

    Es posible que pueblos de habla indoeuropea hayan llegado al occidente de Europa durante la Edad del Bronce, pero antes, no hay evidencia científica alguna, porque la toponimia no es una prueba científica, al contrario, es tan solo prueba indiciaria, altamente subjetiva, muy inestable, porque los topónimos pueden haber cambiado muchísimo con el tiempo, y nadie puede saber desde cuando un topónimo que parece indoeuropeo (en el caso de que realmente lo fuera) puede haber llegado a la región. Si evidencias epigráficas no es posible. Solo es mera especulación.

    Tal como yo lo veo, no se puede hablar de oleadas de indoeuropeos verdaderos, es decir, de pueblos que hablaban una lengua indoeuropea, ya sea germánica, céltica, itálica, etc,. justo hasta después de que estas lenguas ya estaba consolidas como tales, por tanto, después de finales del Bronce o principio del Hierro, como muy temprano. Insisto en que las lenguas más antiguas testimoniadas epigráficamente en el occidente de Iberia, la que se usaba para escribir el llamado tartessio o sublusitano, no ha sido aún descifrada ni siquiera por los mejores expertos. Hay varias teorías, y aún nadie ha logrado demostrar (refutando a las demás) que la suya es al correcta, y por ello aún la comunidad científica internacional no ha reconocido como un hecho científico que la lengua de los tartessios fuera indoeuropea. Sólo hay algunos que lo creen y otros que no, pero aún no hay consenso, precisamente porque no ha podido ser demostrada la hipótesis de modo suficiente ni satisfactorio, de acuerdo a lo que los estándares científicos exigen.

    Y en cuanto a la lengua íbera, lo mismo. Salvo que en este caso, al menos existe consenso ya casi total (entre los cuales me incluyo) de que no era indoeuropea y por tanto, no era helénica ni micénica ni de otro tipo de lengua indoeuropea, ni tampoco afrosaiática, o sea tampoco fenicia, hebrea o aramea ni bereber, ni tampoco se puede decir que fuera vasca o proto-vasca, aunque sí se considera que estaba mucho más cercana a esta, al menos en su morfología y tipología aglutinante, y que puede haber existido algunos préstamos en ambas direcciones entre ambas lenguas, igual que resulta lógico y hasta esperable, la existencia de préstamos entre el íbero y el griego, el fenicio y el latín mismo.

    Insisto en que la toponimia no sirve de mucho, por esa razón no la incluyo en mis investigaciones, porque es altamente especulativa, y es fácil demostrar como unos mismos topónimos se pueden explicar desde el vasco como desde cualquier lengua indoeuropea (incluso hasta de las que nunca estuvieron en Iberia -que sepamos- como el Sánscrito y otras de la remota Asia del Este), y lo mismo puede hacerse a través de lenguas africanas de hasta tribus lejanas de sur de África, y por supuesto, también a través de lenguas altaicas o urálicas. Es exactamente lo mismo que hacen todos los «descifradores mágicos» del tartessio y el íbero, que con «tremenda facilidad» te leen muchas inscripciones. Obviamente porque segmentan de modo extremo las secuencias, incluso hasta las mismas palabras bien diferenciadas por puntuaciones (tal como hacían todos los antiguos pueblos que usaban las puntuaciones para separar palabras o cuando mucho una simple sirremia o pequeña frase de no mas de dos voces), y después, estos mismo «descifradores mágicos», con pequeñas porciones de una o dos sílabas (tres como mucho), buscan equivalencias en la lengua en la que cada uno pretende que fueron escritas las inscripciones, lo cual así, con tan cortas secuencias, obviamente siempre encuentran. Es decir, crean pequeñas unidades o secuencias cortas -similares a los topónimos- para aumentar las posibilidades de aciertos al buscar supuestos cognados en vasco, o griego, por ejemplo.

    Pero con este método tan especulativo y tan poco científico, obviamente se puede lograr resultados tan convincentes (o más incluso) desde casi cualquier lengua del mundo que se use. Y éste es justo el método usado por un reciente investigador, que por lo que veo te ha convencido mucho. Este reciente autor de la lengua íbera, no solo ha basado toda su hipótesis en este método tan poco científico y altamente especulativo de la segmentación extrema, sino que hasta ha usado inscripciones adulteradas (aún no se sabe por quién, ya que no ha informado aún de dónde sacó exactamente tales inscripciones adulteradas o falseadas), y cada vez que le ha convenido ha añadido letras (que no existen en las inscripciones) o ha quitado otras (que sí existen en las inscripciones) o incluso hasta las ha leído de cabeza. En fin, todo a mera conveniencia para así hacer encajar todo en las ideas ya preconcebidas de antemano, es decir, construcción de hipótesis ‘ad hoc’, unas tras otras. Pero increíblemente, este pésimo trabajo, ese ejemplo de todo lo contrario a lo que debe ser una investigación verdaderamente seria y rigurosa, y honesta, en materia de epigrafía y lingüística histórica, ha convencido a no pocas personas, no solo a ti, estimado amigo.

    Este mundo es cada vez más extraño para mi… Por lo que estoy viendo cada día, no importa el rigor científico ni cuál sea la hipótesis mejor argumentada con mejor calidad de evidencias científicas y mayor rigor histórico-científico, y mejores métodos de verificación… ¡no! para nada.. lo único que importa es si la hipótesis gusta o no gusta, es decir, si es acorde a las creencias e ideologías de ciertas personas o no. Ya puede ser mi teoría, por ejemplo, la mejor documentada y mejor argumentada con métodos científicos (espero que así lo sea), que si lo que descubre y propone la misma no es el del agrado de las preferencias o creencias de las personas interesadas en estos estudios sobre la antigua Iberia y los orígenes de las poblaciones de Europa occidental y la península misma, y si no agrada, por no encajar en tales ideas preconcebidas o creencias, no va a convencer de ningún modo, así resultara la mejor argumentada científicamente, y la que mayor cantidad de pruebas de mejor calidad presente. Mientras que por el contrario, se adoptará como un «gran trabajo científico o bien argumentado y casi como una demostración» la hipótesis que sí complazca tales preferencias o gustos y que sí encaje con tales creencias e ideas preconcebidas, así sea la peor argumentada, la menos rigurosa, y hasta una de las más pseudocientíficas jamás ideada por una mente humana.

    Seamos realistas, como bien sabes, amigo, yo mismo he rectificado algunos errores de los traductores académicos con relación a las traducciones de los textos del Timeo y el Critias de Platón, es cierto, pero jamás -solo por ello- he menospreciado a todos los doctos académicos que han existido hasta la fecha en materia de griego, a quienes considero (a la inmensa mayoría, sin ninguna duda) grandes autoridades en las materias, porque han dedicado toda su vida al estudio del griego y a la edición y traducción. Se puede aceptar que a unos cuantos se les escape algún que otro detalle de una traducción o sentido correcto de unas cuantas palabras, pero es inadmisible asumir que todos los catedráticos doctores y licenciados en lengua griega clásica y micénica que han existido hasta la fecha son todos tan inútiles que no hayan sido capaces de darse cuenta que la lengua de los íberos y la de los tartessios eran meros dialectos helénicos o griegos, o lenguas descendientes del mismo micénico, como todas las lenguas griegas. De hecho, la mayoría de nuestros mejores especialistas en lengua íbera son de formación clacisista, es decir, expertos en griego y latín, entre otras lenguas indoeuropeas. Y precisamente porque lo son, y porque la lengua íbera ha tratado de ser identificada y hasta traducida por muchos grandes eruditos en lengua griega, es que sabemos que la lengua íbera nada tiene que ver con el griego ni el micénico (salvo algún que otro préstamo lógico que por contacto se pueda haber producido). La hipótesis griega ya ha sido más que considerada y descartada con suficiente razón y peso científico.

    Si la lengua de los íberos, y la tartessia misma, hubieran pertenecido a la misma familia de lenguas griegas o helénicas, hace ya mucho tiempo (al menos desde la descodificación de valores fonéticos realizada por Manuel Gómez-Moreno Martínez) que se habría descubierto que lo era, y hace tiempo ya que así figuraría en todos los libros de textos, no solo de España sino del mundo entero, y por tanto, hace tiempo que sabríamos lo que oficialmente dicen la mayoría de los textos conservados en el actual corpus epigráfico de ambas lenguas. Pero un razonamiento tan sencillo como este, que ya de entrada (y sin caer en la falacia de la autoridad) haría sospechar de cualquier hipótesis al respecto, no ha sido considerado por ninguno de los que han abrazado tal hipótesis helénica, que al parecer ni se han parado a pensarlo siquiera.

    Sin embargo, respecto a las lenguas altaicas el panorama es bien distinto, pues resulta que en nuestras cátedras universitarias no ha existido una tradición conocida de expertos en lenguas altaicas, y entre todos los doctos y grandes eruditos que han intentado traducir la lengua de los íberos ha habido siempre catedráticos de griego y latín y de lengua vasca, y alguno que otro con conocimientos en lenguas semíticas, pero ninguno ha sido catedrático ni experto académico en lenguas altaicas. De modo que en el caso de la hipótesis que defiendo de la lengua de los íberos como miembro de la macrofamilia Altaica, sí que ha sido posible que se le pasara inadvertido a todos nuestros mejores y principales eruditos, no solo porque no eran las las lenguas altaicas sus materias de doctorados, sino porque ellos solo exploraban las hipótesis indoeuropeas, afrasiáticas y vasca, y alguna que otra vez, caucásica (lengua que no tiene nada que ver con las altaicas), pero jamás se consideró como hipótesis una filiación con lenguas altaicas, lenguas estas, en la que insisto, no hubo catedráticos, doctores o licenciados ni de España ni de Alemania implicados en el estudio de la lengua de los íberos.

    Mis conocimientos de griego (no solo de latín y egipcio) son muy sólidos, y creo que eso lo sabes, porque has seguido mi obra. Son más de veinte años estudiando y traduciendo el griego directamente de los códices y manuscritos, y aunque no soy un doctor ni un académico reconocido (se necesita un mínimo de unos diez años continuos dedicados a una especialidad, estudiando y publicando, para ser reconocido como experto tengas o no tengas títulos), mi conocimiento es lo suficientemente bueno y avanzado como para poder saber que ni el íbero ni el tartessio son lenguas helénicas ni emparentadas o descendientes de la micénica, y por ello es que yo mismo abandoné esa línea de investigación ya en 2006, después de haber publicado un par de años antes algunos posibles ejemplos de un par de paradigmas verbales íberos que se podrían interpretar a través del griego. Pero pronto me di cuenta que era un error. Meras coincidencias por trabajar solamente con unas pocas palabras cortas y sueltas, sin haber tenido en cuenta un análisis interno de la morfología de la lengua íbera.

    No obstante, hubo alguien que le gustó mucho aquella errónea hipótesis que entonces publiqué (así me lo hizo saber en una carta que me envió), y hasta terminó sacando años después (en fecha reciente) un libro entero sobre la hipótesis de que el íbero era una lengua helénica, sin importar que yo mismo ya me había refutado a mi mismo en ese sentido, ante un mayor conocimiento de la verdadera estructura y naturaleza de la lengua íbera, y sobre todo, gracias a los más recientes aportes realizados en este campo por nuestro principales especialistas en el tema que más allá de cualquier duda razonable posible (al menos para muchos expertos) han terminado probando que la lengua de los íberos no era ni indoeuropea ni afroasiática, ni tampoco vasca o proto-vasca, según lo que sabemos del Proto-Vasco reconstruido, pero sobre todo, quedando más que claro que era una lengua aglutinante/incorporante como la vasca, las urálicas y las altaicas, por solo citar las más cercanas, y no lengua flexiva como las indoeuropeas y las afroasiáticas.

    Obviamente, todo estos hechos son sistemáticamente ignorados o menospreciados (sin argumentarse el porqué) por quienes siguen defendiendo que la lengua de los íberos y de los tartessios era de la misma familia de las lenguas helénicas, pasándosele con ello por encima (de nuevo sin explicarse ni argumentarse) no solo a la mayoría de nuestros mejores especialistas en lengua íbera, sino a todos los catedráticos y académicos de lenguas helénicas e indoeuropeas que (según los que creen que el íbero y el tartessio era lengua helénica de origen micénico), debieron ser tan inútiles de no ser capaces de reconocer (siendo expertos en tales lenguas griegas) que la lengua de los íberos y de los tartessios no era más que un mero dialecto helénico o una lengua griega descendiente del mismo micénico o hermana del mismo.

    Te dejo con estas reflexiones, que de ningún modo deben ser vistas como ataques ‘ad hominem’ de ninguna clase (nótese que no me refiero nunca al autor como persona, ni a su personalidad, ni asumo que haya actuado deshonestamente de modo intencionado). Todo lo que he expuesto no es más que una mera crítica sobre los argumentos y el contenido de una hipótesis (la hipótesis helénica del íbero y el tartessio. Nunca se debe discutir sobre las personas, solo sobre los hechos y los datos. Nunca sobre el autor, solo sobre la obra. Los mediocres son los que suelen invertir los términos y centran sus debates en la persona y el autor, y no sobre los hechos, datos y argumentos, intentando así destruir a la persona, cuando no pueden destruir sus argumentos de modo científico y ético.

    De nuevo gracias por tus importantes aportaciones, y mis más sinceros ánimos para que continúes con la labor.

    Un abrazo,
    Georgeos

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    1. Gracias Georgeos, la verdad es que tu nivel de conocimientos está a años luz (por encima) del mío, así que me es difícil «seguirte» la discusión. Espero con sumo interés leer tu reciente obra sobre las influencias uralo altaicas en iberia. Sólo aclararte que yo no he ubicado la lengua ibero tartesia en el grupo indoeuropeo, de hecho menciono que la postura oficial es «filiación desconocida». Tampoco es la época ni la zona objeto de mi artículo (edad del hierro, iberia mediterránea). Mi hipótesis respecto de la lengua hablada en iberia y más en concreto en esa zona en torno a 3000 a.c. sería un lengua autóctona ibérica, posiblemente «recocida» en milenios de estancia en el Sáhara y vuelta, posiblemente de la familia del euskera, o más bien el euskera sería lo que queda de ello. Pero esto sólo lo digo aplicando la navaja de okham. Está perfilado en mi tabla de pueblos.
      La bibliografía que consulto sí reconoce la penetracion uralo altaica en Europa, temprana (Finlandia como mencionas) y tardía (Hungría y Turquía), no lo menciono porque no pertenece al área ni época del artículo y tu teoría altaico ibera aún no la he estudiado 😉
      Gracias de nuevo

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  3. Estimado Rodrigo: disculpa porque la segunda parte de mi anterior mensaje donde hago un análisis sobre la cuestión de la lengua íbera y los que pretenden seguir diciendo que era de tipo helénica o griega, en realidad tenía que haberlo hecho debajo del otro artículo donde hablas de ello y ofreces toda credibilidad a dicha hipótesis publicada recientemente, disculpa mi descuido. La verdad que se me pasó por completo que esa parte del comentario debí hacerlo allí y no aquí. Tendré más cuidado la próxima vez. En fin, nada mas que apuntar, solo me queda esperar a que decidas estudiar entonces mi teoría altaica de la lengua íbera, lo cual espero con mucho interés.

    Gracias a ti por tu enorme paciencia…

    Un Abrazo.

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  4. Georgeos, te explico mi modus operandi, en el estudio de estos temas (Iberia en la edad del bronce y todo lo relacionado en el tiempo y el espacio) y para que otros lectores conozcan cómo lo hago. Puede no ser la mejor manera, pero es la mía y no sé hacerlo de otra.
    En principio acepto como válida a priori toda fuente (publicación al respecto), que cae en mis manos, la leo, estudio y a partir de ahí, voy tratando de que su información encaje en el rompecabezas que he ido formando con todas las anteriores (notas, publicaciones, tabla de pueblos…). En caso de duda, tiendo a fiarme de las más modernas, porque los descubrimientos avanzan y también de las hipótesis que más se repiten. En mis cábalas aplico siempre la Navaja de Ockham, es decir, cuando no está nada claro, pues tomo la posibilidad más sencilla como temporalmente válida, por tener un suelo un poco firme que pisar.
    El principio en que me baso es que todos los autores intentan buscar la verdad y por tanto todas las obras ni pueden ser completamente ciertas, ni tampoco equivocadas, por eso es importante compararlas y tratar de hacerlas encajar. Muchas veces tesis que parecen completamente incompatibles, sólo lo son porque están sacadas de contexto en el tiempo y el espacio (lo que se hablaba en un sitio puede cambiar perfectamente de un milenio para otro…).
    Para mí todas las disciplinas aportan algo: arqueología, lingüística, genética, toponimia, hermenéutica… Y ninguna vale más que las otras, hay que interpolar los resultados de todas ellas para llegar lo más próximo a la realidad.
    Hasta la fecha he manejado 48 libros y 17 artículos, entre ellos 2 y 4 son tuyos 😉 y tengo en mi biblioteca todavía un buen almacén de títulos interesantes por estudiar y otros que espero ir añadiendo, como mucha gente especialista me ha aconsejado. Y no he descartado por completo ninguno tras su lectura, excepto aquel artículo sobre el Oráculo de Déndera, de la teoría de Egipto como colonia Atlante, que precisamente tú me advertiste y salta a la vista que no «cuadra» con el resto de descubrimientos.
    Bueno, pues esto es lo que hay, evidentemente yo puedo equivocarme y me equivoco y también me suelo atrever a aventurar hipótesis, pero de ahí a descartar toda mi bibliografía como inválida o establecer la preponderancia de unos autores sobre otros. Siempre ha habido partidarios del oficialismo, que descartan toda teoría novedosa que no venga del entorno académico y en el extremo opuesto, los que opinan que la «enciclopedia» no vale nada. Yo ni lo uno ni lo otro. Me interesan sobre todo las hipótesis atrevidas, pero me gusta estudiarlas desde la base de las doctrinas oficiales.
    Como siempre digo, la realidad (pre)histórica es poliédrica y multicolor, hay de todo excepto blanco o negro o sólo dos dimensiones 🙂
    Saludos y gracias por el debate

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  5. Gracias Georgeos y Ramón por vuestros comentarios y datos y siento que esteis en el camino de la confrontación, porque estimo que los trabajos de ambos son valiosos y en realidad compatibles. Mi posición como creo que sabeis es apoyarnos entre todos los que amamos estos temas, compartir conocimientos, debatir interrogantes y entre todos aproximarnos a la verdad y aprender unos de otros. Yo en concreto creo que he aprendido bastante de los dos. Saludos.

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    1. ¡Muchísimas gracias por la recomendación! Mis artículos de hace años ya contienen alguna información obsoleta para mí, aunque siguen siendo valiosos. Echa un vistazo a los más nuevos, con información más actualizada, gracias

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About jocilesferrer

Ingeniero Telecomunicación, Defensa. Escritor, músico, deportista, científico y filósofo. Católico, liberal-demócrata.